Smoothie de melocotón y fresas y Galletas bretonas

Hace unos días, compré el libro 200 recetas saludables de Jo MacAuley en la Editorial Blume, y después de haber echado un vistazo a todas las recetas, me quedé con la del smoothie de frutas estival para ir con unas galletas bretonas caseras.


La receta del smoothie es parecida a la de un batido de frutas.
Esta receta tiene que llevar (para 4 vasos de 300ml), 4 melocotones, 300g de fresas, 300g de frambuesas, 400ml de leche desnatada o semidesnatada y cubitos de hielo.

Después de lavar y trocear las frutas, las pasamos todas por una licuadora hasta obtener un puré homogéneo. Agregamos la leche y volvemos a procesar hasta conseguir una mezcla suave y espumosa. Para acabar, vertemos el batido sobre cubitos de hielo en vasos altos.

Sin embargo, no eché frambuesas ya que no las encontré en el supermercado y en vez de eso, eché un poco de azúcar.

Ahora, os dejo la receta de las galletas bretonas que cogí del mismo libro que las de vainilla: Postres: Dulces recetas de pasteles y tartas ilustradas paso a paso de la Edición Marabout.

Ingredientes (20 galletas):

90g de mantequilla salada
90g de azúcar moreno
1 yema de huevo a temperatura ambiente
125g de harina


1° Trabajamos la mantequilla blanda a temperatura ambiente. Añadimos el azúcar y batimos con las varillas eléctricas hasta que la mezcla sea cremosa.

2° Añadimos la yema de huevo y mezclamos con las varillas el tiempo justo para incorporarla.

3° Echamos la harina sobre la masa y batimos hasta que se forme una pasta.

4° Trabajamos la mezcla rápidamente con la palma de la mano. Formamos una bola aplanada y la envolvemos en film transparente. Metemos 30 minutos en la nevera.

5° Sacamos la masa y la aplanamos, sobre la superficie de trabajo ligeramente enharinada, hasta un grosor de 5 mm.

6° Cortamos con un cortador de galletas y las colocamos sobre una placa cubierta con papel parafinado. Horneamos durante 14 minutos a 180°C.


Como es la primera vez que hago estas galletas bretonas caseras, tenía miedo de que el sabor sea diferente de las que suelo comer (en general, las del supermercado). Pero al final... ¡no! ¡Están también de-li-cio-sas! Y claro está: ¡más deliciosas que las del super!